No, no va a haber una base rusa en la Luna

Rusia tiene la costumbre de confundir a los medios de comunicación en asuntos espaciales. Bueno, no sólo en estos asuntos, pero de esto es de lo que hablamos por aquí. Lo último han sido unas declaraciones de Dmitri Rogozin -el vicepremier del gobierno ruso a cargo del complejo militar-industrial- en las que afirma que Rusia construirá una base en la Luna dentro de una o dos décadas.

Rogozin y la Luna (news.ru).

Los planes lunares rusos no son nada nuevos. Cada cierto tiempo alguna empresa presenta algún estudio más o menos detallado sobre este tema. Por ejemplo, hace tres años la empresa Khrúnichev hizo público su plan para situar una base en la Luna. A principios del año pasado, esta misma empresa dio un salto en sus ambiciones y presentó un estudio combinado para llevar a cabo misiones tripuladas a la Luna y a Marte.

Elementos de la base lunar de Khrúnichev de 2011 (Khrunichev).

Khrúnichev sigue refinando estos proyectos y este mismo año hemos podido contemplar un par de presentaciones sobre la misma temática. Por encima de todo, estos planes tienen como objetivo servir de justificación para el desarrollo de una versión pesada del cohete Angará (A7 o superior). Por su parte, la empresa NPO Lávochkin también lleva años anunciando su intención de crear una base lunar a partir de sondas no tripuladas (proyecto Polygon).

Base Polygon de NPO Lávochkin (NPO Lavochkin/IKI).

Vale, todo esto está muy bien, pero no son más que eso, simples estudios preliminares. Por supuesto, resulta muy positivo, y hasta necesario, que las empresas rusas lleven a cabo este tipo de estudios, pero no debemos dejar que las fantasías deslumbrantes nos impidan ver la realidad. Para empezar, no existe ningún proyecto en firme de base lunar rusa y, aunque lo hubiera -que no lo hay- hay que saber diferenciar entre lo que es un estudio de diseño preliminar y un programa maduro, una confusión que ha vuelto a surgir recientemente con los planes de un nuevo cohete lunar ruso.

Las declaraciones de Rogozin, como otras muchas parecidas, son un simple brindis al sol con fines políticos. Sin una financiación muy elevada, es imposible que un proyecto así pueda salir adelante. Aunque lo hemos repetido en varias ocasiones, dejemos las cosas claras de una vez. En la actualidad, Rusia no puede desarrollar en solitario un programa lunar aún más ambicioso que el programa Apolo. Por supuesto, con voluntad política y muchos rublos podría desarrollar un lanzador pesado, e incluso realizar alguna misión de sobrevuelo lunar con la futura PTK-NP, que no es poco. Con mucho esfuerzo incluso podría lanzar estaciones espaciales a la órbita lunar (proyecto LOS de Khrúnichev) o a los puntos de Lagrange. Pero nada de bases lunares o viajes a Marte. Obviamente, si Rusia se alía con algún otro país la cosa podría cambiar, pero el panorama internacional no le es favorable en estos momentos (aunque por supuesto, esto podría cambiar en una o dos décadas). 

Me encantaría estar equivocado en esto, pero sólo me creeré las palabras de Rogozin cuando Rusia ponga en servicio la PTK-NP y Roscosmos reciba la financiación suficiente para iniciar el desarrollo no ya de un programa lunar tripulado, sino de un 'simple' cohete pesado. Mientras tanto, todo esto no son más que sueños.  

Programa lunar ruso de Khrúnichev de 2009. La nave no es la PTK-NP, sino una propuesta de Khrúnichev llamada PK-L (Novosti Kosmonavtiki).

Programa de base lunar de Khrúnichev de 2012. Se notan las diferencias en el diseño de los módulos lunares (Novosti Kosmonavtiki).

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